Primero la aclaración de rigor: Yo no nadé con delfines porque 1. no sé nadar (ahí hay un problema logístico infranqueable) 2. me gustan los delfines pero me pareció excesivo el precio por esta actividad 3. igual fui porque acompañamos a la fanática y porque cobran la mitad si no te vas a meter al agua.
Teniendo eso en cuenta, les contaré que tras darle la vuelta al hotel salimos a cumplir el sueño de la amiga viajera fan de los delfines. Y para eso le dejamos la gestión a ella. Por ahora no daré nombres, y la llamaremos «fanática de los delfines» (la fama es algo difícil de administrar y no queremos agobiarla con eso).
Llegando al hotel (y pasa en muchos hoteles en modalidad todo incluido), te ofrecen algunos tour o actividades a través de tour operadores en convenio o pertenecientes a la misma empresa del hotel. En este caso particular, hablamos con una de las encargadas del tema en el hotel quien nos explicó todo respecto del nado con delfines e hizo la gestión cuando decidimos contratarlo.
El servicio lo contratamos al tour operador Blue Travel (para los que viajan con la agencia de la multitienda que tiene una «f» blanca sobre fondo verde, les puede resultar conocido [cuando me auspicien los viajes, los nombro]), y el nado con delfines fue con Dolphin Island. El costo por persona que pagó la «fanática de los delfines» fue de $115 US dólares, que en el cambio a peso chileno de la época fueron $80.000 aproximadamente; por ir sin meterse al agua eran $35 US dólares.
Ese precio del «plan completo» incluía el traslado, nadar con un delfín junto a otras 10 a 15 personas aproximadamente y nado con mantas rayas y tiburones pequeños con equipo de snorkel. El día señalado nos pasaron a buscar, muy puntualmente, en uno de estos buses (allá les llaman «guagua»), al hotel y nos llevaron a un par de kilómetros de distancia hasta una playa donde nos embarcamos hacia las «jaulas» en que se encuentran los delfines.
Eso sí, no fue inmediato en cuanto llegamos, porque tuvimos que esperar la llegada de otros buses con pasajeros en la playa. Así como el cambio de visitantes en las jaulas. Igual sospecho que la espera ayuda a que te de hambre o sed y termines comprando en el kiosko que se encuentra en la playa de espera.
Luego de poco menos de una hora, nos embarcaron camino a las jaulas, cada uno con su respectivo chaleco salvavidas. Todo muy rápido y ejecutivo en esta etapa. La vista: estupenda.
Entre las cosas a considerar, además del precio, es que no está permitido pasar con cámaras hasta las jaulas de nado, ni siquiera si llevas cámaras sumergibles. Sin embargo te toman muchísimas fotografías durante lo 20 minutos que estás en la jaula con el delfín, las que posteriormente venden por $70 US dólares. Eso sí, si van con otra persona pueden pagar por las fotografías a medias.
En nuestro caso, como no nos meteríamos al agua, desafíamos un poco las reglas y llevé mi cámara con un zoom que permitiera tomar las fotos que ven en este post. No me retaron, sólo me advirtieron que si le pasaba algo a la cámara, no se hacían responsables.
Otra consideración que les recomiendo evaluar antes de contratar esta actividad es que Dolphin Island tiene diferentes planes, pero la variación va en función del tiempo de estadía en la jaula y si estás con 1 o 2 delfines. Y a esos animalitos los hace jugar con cada una de las personas que contrató el servicio.
Antes que me tilden de animalista-besa-ballenas-etc… desde la distancia en que estuve vi a los delfines bien cuidados, eran alimentados prácticamente durante todo el tiempo y la gente los trataba muy bien.
Luego que el grupo completó el recorrido, nos embarcan de regreso a la playa. Ahí nuevamente hay que esperar un rato largo, pero esta vez es por las fotografías para quienes las contrataron. También toman fotografías de quienes no lo contrataron, y los tientan pasándolas por las pantallas.
Y nuevamente sospeché que el kiosko con jugos, helados y otras cosas a la venta no estaba ahí de pura casualidad.
Hay otra empresa llamada Dolphin Explorer que ofrece el mismo servicio. Y me refiero a lo mismo, en el mismo lugar, con los mismos delfines. Desconozco si varían los precios, porque no cotizamos con ellos. Pero les dejo aquí link a cada uno por si les interesa comparar:
Otra opción, si eres tan admirador de los delfines como nuestra amiga fanática, y no te quieres perder la oportunidad en Punta Cana de nadar con ellos, es el Manatí Park.
Curiosamente, si comprabas el paquete completo de nado con delfines en Blue Travel, regalaban un pase para ir gratis a Manatí Park (también incluyendo transporte). Claro que no te avisan que ahí también hay delfines con los que puedes nadar a un precio más económico, aunque es una piscina regular. Como tuve suficiente de delfines con acompañar a la amiga fanática, no me interesó conocer el parque, además que en mi caso había que costear el ticket de acceso.
Les dejo también el link del Manatí Park, que además tiene la gracia de contar con otras actividades y espectáculos.
No me atrevería a recomendarles uno sobre otro. Pero sí debe ser algo muy entretenido para los fanáticos, como mi amiga, porque es necesario reservar con anticipación estas actividades en cualquiera de los parques; y es una de las actividades más solicitadas por los visitantes del caribe, junto a la visita a Isla Saona, pero de esa les contaré en el próximo post!
El epílogo sería que nuestra fanática de los delfines consiguió su foto con beso y todo. Pero creamos un monstruo y ahora nos quiere arrastrar a Tailandia a vivir una experiencia similar con elefantes… nosotros nos hacemos las difíciles, pero no nos resulta mucho si se trata de viajar.
Si quieres saber cómo llegamos aquí, revisa los post anteriores:
La primera vez que viajé al extranjero
Ya de vacaciones en Punta Cana ¿qué se hace un resort?
3 comentarios en “Los delfines, sus besos y cómo se ven en Punta Cana”