Tras el breve, pero inolvidable, paso por Pha Ngan, nuestro itinerario de viaje nos llevaría de regreso a Samui. Esta vez con un par de noches de estadía para conocer la isla. Samui también se encuentra en el Golfo de Tailandia y es un punto de conectividad importante en la zona gracias al aeropuerto de Bangkok Airways (es privado) y los muelles donde recalan los ferries que te llevarán a otros destinos cercanos.
Para llegar hasta ahí dejamos el Milky Bay Resort luego de un desayuno de campeones, en un servicio de transporte previamente contratado por la agencia que nos coordina los viajes (Al Sur Viajes). El muelle estaba tan repleto como en nuestro arribo a Pha Ngan, pero esta vez debíamos esperar la llegada del ferry. Fue una breve pero deshidratante estadía. El muelle al que llega la empresa Lomprayah tiene un par de zonas con cubiertas para protegerse del sol, pero estaban REPLETAS de turistas que abandonaban la isla luego de la Full Moon Party.
Viajamos hacia Samui en un catamarán rápido, este en particular contaba con una sala VIP que tenía asientos reclinables, televisión, enchufes y un servicio altamente preciado por todos en ese momento del mediodía: aire acondicionado. El costo extra lo podías pagar al momento de comprar tu boleto o, si quedaban cupos, durante el viaje.
Ya en Samui solo debíamos preocuparnos por llegar al hotel, dejar las cosas y largarnos a caminar y conocer. Nos hospedamos en el hotel Nora Chaweng, que queda a pasos de la laguna Chaweng y de la playa del mismo nombre, ubicada en la costa noreste de la isla. Este sector se divide en 3: Norte, Centro y Sur (no es un derroche de creatividad, pero así es imposible perderse) y la división tiene que ver con la larga extensión de la playa que abarca poco más de 6 kilómetros.
Después de lanzar las mochilas a la habitación, salimos a conocer y a buscar un lugar donde comer. La zona de Chaweng es bastante movida, pero tuvimos que caminar varias cuadras (en sentido figurado porque las divisiones de las calles parecen más azarosas que producto de planificación urbana), para encontrar el café Magnolia. Este pequeño local, donde las ensaladas y los jugos en jarritas individuales, nos dio energías para seguir conociendo.
Recorrer Samui te demuestra que es mucho más ciudad que las islas visitas anteriormente. El nivel de desarrollo de la industria turística acá es bastante superior, pero eso igual puede traducirse en aumento de precio de las habitaciones de hotel y servicios de transporte, por ejemplo. Por otro lado, encuentras opciones como supermercados y malls con patios de comida que facilitan y abaratan los costos de alimentación.
En el mall Central Festival descubrimos tiendas de souvenir, productos «tradicionales» pero de alto estándar, si en Chiang Mai vimos billeteras de piel de elefante, acá abundan las carteras de piel de cocodrilo y lagarto. Y en una de esas tiendas nos encontramos con los clásicos bolsos y carteras que venden en muchos países con el nombre del país en que estás, atendido por un joven de origen arábigo con esos ojos que parecen delineados, de tan tupidas que son las pestañas. Obviamente no pudimos oponer resistencia a la milenaria tradición vendedora de los árabes y ahora una cartera de Tailandia me acompaña de vez en cuando.
No solo vendedores de ojos bonitos hay que en ese mall, también un patio de comidas, módulos de productos playeros y también de agencias de viajes y tour operadores que ofrecen recorridos por Samui o por las islas cercanas (day trips o half day trips). Y además, precisamente en la fecha de nuestra visita, había una exposición de acceso gratuito en el patio central para ver el trabajo de artesanos y artistas chinos, con música y presentaciones que pudimos disfrutar.
Y haciendo otro paralelo, si en Pha Ngan la feria estaba llena de frutas y verduras, acá es el supermercado el que te ofrece frutas envasadas e incluso huevos de los colores más extravagantes disponibles. Puedes seleccionar diferentes verduras, crudas y cocidas que están dispuestas como en un buffet y armar tu ensalada para llevar.
Frente al Central Festival se instala por la noche un mercadito donde encuentras nuevamente los clásicos llaveros, imanes y havaianas, pero acompañados además de múltiples productos más bien piratas: perfumes, carteras, relojes, carcazas que simulan marcas reconocidas internacionales. Así como desconocidos (para nosotras) productos marinos y del campo que parecían sacados de una película de ciencia ficción. Y como siempre, el precio será al mejor regateador.
Antes de terminar la jornada adquirimos en un módulo del Central Festival, un city tour para conocer algunos de los puntos de interés de la isla al día siguiente y nos dirigimos a buscar un restaurante. Como eran nuestros últimos días en Thailandia y ya nos habíamos dado por vencidas en la idea de gastar lo menos posible, decidimos darnos una cena VIP y comimos en un restaurant de carnes, pastas y vinos, que para el promedio tailandés, es un lujo.
Casi exclusivamente lleno de extranjeros, el restaurante contaba con una carta de vinos internacionales, entre los que no podían faltar los chilenos. Sí, hasta el otro lado del mundo fuimos capaces de reconocer un par de marcas locales ¿Los precios? Un vino cabernet, varietal, de marca tradicional que encuentras en Chile en un supermercado a $2300 CLP, allá estaba a $8000 aprox; y un carménère, reserva o gran reserva, de viña menos conocida, que acá encuentras en algunos supermercados o tiendas especializadas a $10000 CLP, allá rondaba los $40000… obviamente optamos por limitarnos a mirar las botellas de lejos y disfrutar del buen vino cuando estuviéramos de regreso en Chile.
El regreso al hotel fue largo, pero a pesar de la hora habían múltiples tiendas abiertas para atender a los turistas que regresan a esas alturas de la noche de sus paseos y visitas. Igualmente comienzan a aparecer los travestis vestidos haciendo un gran ahorro de tela, invitando a todos los curiosos a entrar a los clubes donde hacen sus show.
¿Qué más tiene Samui para conocer? Al día siguiente lo descubriríamos, y lo compartiremos en el siguiente post.
Recomendaciones:
- Si no quieres caminar, Samui cuenta con el servicio de camionetas/tuktuk, camionetas con cubierta y asientos en la pick up que te trasladan por recorridos establecidos. Parecido a nuestros colectivos. Haces parar uno, preguntas por cuánto te lleva al lugar que quieres ir, regateas y listo.
- Como toda ciudad altamente turística, muchas tiendas abren hasta cerca de la medianoche para atender a los visitantes, así que si comprar es un punto importante en tu lista de actividades, es mejor hospedarse en Samui que en las otras islas más pequeñas.
- Si el presupuesto es acotado y no tienes problemas estomacales, las ensaladas del supermercado son realmente una buena opción para comer fresco y barato.
- En el mercado nocturno también hay comida, pero los locales están poco iluminados y los aromas de los insumos no invitan a alguien poco habituado a los platos locales. En serio, mejor las ensaladas del supermercado.
- Chaweng es un sector amplio, si quieres descansar o no vas en plan de fiestas, prefiere un hotel del área norte. En el área sur hay más bares, restaurantes y clubes, pero con el ruido que les acompaña.